por alguna mujer, y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo, muela para otro mi mujer, y sobre ella otros se encorven”. El libro de Job dice muy poco acerca de la esposa de Job; ni siquiera sabemos cuál fue su nombre. Las palabras que le dijo a Job fueron bruscas y directas: “¿Aún te mantienes en tu integridad? Maldice a Dios, y muérete” (2:9)”. Algunos comentadores explican que ella dijo esas palabras movida por un profundo dolor y con gran ansiedad. Después de todo, ella también había perdido
Page 28